No se conoce ningún tratamiento específico para el COVID-19. Muchas personas podrán recuperarse en su casa, pero aquellas que tengan síntomas graves u otros problemas de salud posiblemente tengan que ir al hospital:
●Enfermedad leve – Si está levemente enfermo, podría tener síntomas como fiebre o tos, pero no dificultad para respirar. La mayoría de las personas que tienen COVID-19 se enferman levemente y pueden hacer reposo en su casa hasta mejorarse. En general, esto ocurre en alrededor de 2 semanas, pero cada caso es diferente.
Si se está recuperando del COVID-19, es importante que se quede en su casa y practique el «autoaislamiento» hasta que su médico o enfermero le diga que es seguro que retome sus actividades normales. El autoaislamiento consiste en mantenerse lejos de otras personas, incluso de quienes vivan con usted. La duración del autoaislamiento dependerá de cuándo hayan comenzado sus síntomas, y en algunos casos de si se hizo la prueba y el resultado fue negativo (lo que indica que ya no tiene el virus en el cuerpo).
●Enfermedad grave – Si se enferma más gravemente y tiene dificultad para respirar, es posible que deba recibir tratamiento en el hospital, quizás en la unidad de cuidados intensivos. Mientras esté allí, lo más probable es que permanezca en una habitación de aislamiento especial. Solo el personal médico tendrá acceso a la habitación, y deberá usar batas, guantes, máscaras y protección ocular especiales.
Los médicos y enfermeros pueden supervisar y complementar la respiración y otras funciones del cuerpo, y darle la mayor comodidad posible. Tal vez necesite más oxígeno para que lo ayude a respirar fácilmente. Si tiene mucha dificultad para respirar, quizás sea necesario que lo conecten a un respirador, que es una máquina para ayudarlo a respirar.
Los médicos están estudiando varios tratamientos para determinar si podrían servir para tratar el COVID-19. En ciertos casos, los médicos podrían recomendar esos tratamientos o que el paciente participe en un estudio clínico. Un estudio clínico es un estudio científico en el que se prueban nuevas medicinas para ver cómo funcionan.